Listos para depositar nuestro voto el 6 e junio próximo, el Perú vive una de sus elecciones más dramáticas por lo que hay en juego. Dos posiciones opuestas de derecha e izquierda las que en esta ocasión podrían cambiar las cosas por la adhesión que han de hacer los electores y partidos por uno de ellos. Es decir, una cosa es con guitarra y otra con cajón respecto de sus ofertas electorales para ganar precisamente el 70% de los que votaron por otras opciones.
Foto: El ComercioEn el caso de Perú Libre, bien sabemos que el cuerpo principal de su propuesta está basada en el gasto público que empieza con la creación de una línea aérea de bandera así como las fenecidas: Viasa, Lloys Aéreo Boliviano, Varig, LAP, Aeroperú, Ecuatoriana de Aviación que en paz descansen.
Su oferta en turismo no tiene una definición clara de la producción que genera riqueza. Su más sesudo planteamiento es este:
En realidad, en el país no existe una política de Estado orientada y decidida a impulsar el turismo de manera planificada, sin necesidad de privatizar nuestros patrimonios diversos al capital nacional e internacional. Lamentablemente los pocos avances esta materia corresponden al esfuerzo estatal parcial y a la inversión particular de cada empresario privado.
La política de Estado en favor del turismo existe y abundante. Pero no ha sido cumplida ni antes ni ahora. Es una cuestión de gestión. Pero no han dicho qué van a hacer con MAPI ni el ordenamiento del distrito, nada en relación a la calidad del producto que vendemos o reforzar los destinos actuales o definir nuevos. No hay PBI sectorial, ni objetivos, ni metas. La lista continúa.
Ahora bien, sobre Fuerza Popular, dije en mi comentario anterior:
No logro entender cómo es que en el Plan de Rescate y Reconstrucción Nacional de Fuerza Popular el turismo no es un actor ni protagonista de ese rescate. No nos reconocen como un motor de la economía nacional. Entonces auguro más de lo mismo. Si tuviera que calificarlos tendrían mi desaprobación.
También, por falta de ideas políticas dignas de gobernanates, se han subido al carro de CANATUR ofreciendo lo que el gremio propone. No está mal. Lo que está mal es la falta de propuestas propias. Entonces, no estamos en su radar. Expresamente dicen así:
En este sentido, asumiendo las propuestas de CANATUR, nos comprometemos a: a. Generar una política de gobierno orientada especialmente en la reactivación turística del Perú, que implicaría una comisión multisectorial que articulará los sectores de Economía, Salud, Cultura, Relaciones Exteriores, Comercio Exterior y Producción. b. Promover el turismo vivencial, ecoturismo, turismo cultural y principales destinos que contribuyan a reactivar la cadena comercial y económica, principalmente de las micro y pequeñas empresas del rubro. c. Generar una estrategia de apoyo directo respecto a medidas de seguridad en salud frente a la COVID-19. d. Establecer una estrategia de beneficios tributarios, de la mano con la estructuración de préstamos con organismos internacionales dirigidos al sector. e. Fomentar la generación de asociaciones público privada, incluyendo el sistema de obras por impuesto, en obras y servicios para la mejora de la infraestructura que impacte directamente con el sector turismo.
Todo eso ya está en curso.
Epílogo:
Amigos lectores:
El destino del Perú está en tus manos. Medita bien para que después no te quejes. Creo que con cualquiera que gane veo el siguiente escenario. Un nuevo ministro MINCETUR y viceministro vienen sin un plan de gobierno potente, claro y definido. Ya hemos advertido en las líneas que han escrito que somos furgón de cola o convidados de piedra.
Entonces, queda que los gremios privados, todos ellos, los limeños y de regiones, grandes y pequeños propongan al viceministro de turismo de turno que llegue con un plan de gobierno aceptado y publicado como instrumento de gestión hasta el 2026.
Queda exigirle al nuevo gobernante designe a un viceministro no al amigo del ministro, al pata, al entenado o la sobrina como siempre ha sido la errada política de designar al tipo de personas que hemos tenido que soportar, es decir, tener que convivir con aficionados y amateurs del turismo.
Solo queda que Dios nos ayude y que gane no un partido político sino con la mirada que gane el futuro del Perú.
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