La toma de mando de los nuevos gobernantes del Perú, los 28 de julio de cada 5 años, tiene ribetes de formalidad, esperanza, aplicaciones de planes y presentaciones de las cabezas de los sectores. Luego de ser testigo de los cambios de gobierno en los últimos 50 años, tengo una idea bastante clara de este tema al reconocer las presentaciones de los ministros, viceministros y autoridades. Aunque no todos han sido santos de mi devoción, en lo que al sector turismo se refiere, he conocido casi a todos por haber trabajado bajo sus mandos o sencillamente saber de su ejecutoria en la gestión sectorial.
con la llegada del actual presidente de la República, señor Pedro Castillo, ha sucedido algo insólito. Su gabinete ha sido objeto de múltiples condenas y acusaciones por los graves antecedentes policiales, de Contraloría, fiscalía y judiciales de varios de su equipo que nos ha dejado con un mal sabor.
En el sector turismo, el nuevo
ministro, sicólogo de profesión, le toca desempeñar un papel de amateur habida
cuenta de su ninguna experiencia profesional, gremial, empresarial y menos en conocimientos.
No es el primero que llega en tal posición. La verdad sea dicha. Pero en
turismo, una actividad tan especializada, nos ha tocado por enésima vez, mala
suerte. No tenemos viceministro, directores generales verdaderamente
calificados en turismo, hotelería y gastronomía, no se nos ha presentado un plan
de lo que van a hacer en los próximos 100 días de gobierno. Ya van 45 días. Cero
balas, cero puntos.
Es grave por la incertidumbre que
genera en un sector cuasi destruido y en colapso total. Sin ayuda ni
comprensión de lo que les pasa a sus miles de emprendedores y microempresarios
que generan por sí solos un millón y medio de empleos sin decirles qué van a hacer
en los próximos 5 años, cuáles sus grandes planes. Muy grave. Tal vez sea esta
la estrategia. No decir nada.
Pero en la gestión tanto pública como
privada operan tres variables inevitables: el plan, el líder y el equipo. Por
tanto, no tenemos a ninguno de esos elementos sustantivos para caminar y
retomar el camino de marzo del 2020. Desastre. Al mismo tiempo, es un aviso
claro del lugar que ocupamos para este gobierno.
Ante este escenario, no queda de
otra que autogobernarnos con la autoridad regional, municipal, provincial y
distrital, formar mesas de trabajo del sector privado con sus gremios y asociaciones
con las autoridades que existen, proponer lo primero de toda prioridad: Lograr
que nos vacunemos todos. Las campañas de PROMPERU con el MINSA deben de tener
este camino para impulsar con fuerza el turismo interno. Debemos de medir la velocidad
de la vacuna cuya programación está prevista para el cercano diciembre y lanzar
una tarea gigante de marketing de recuperación de navidad, año nuevo y el verano.
Si las nuevas autoridades
apareciesen, mesas de trabajo quincenal o mensual para supervisar lo que hacen
y lo que no hacen. No queda otra.
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