16 mil millones de dólares en inversión en infraestructura de transporte en el Perú

Antes de tratar el tema de la infraestructura, hago una distinción teórica fundamental entre lo que es infraestructura básica y planta turística, habida cuenta de los gruesos errores que observo y escucho en el tratamiento de este tema. Son dos cosas diferentes. La infraestructura es el pilar esencial sobre el que se funda el desarrollo. De ella depende el crecimiento y el bienestar válido para todos los sectores de la economía. La constituyen las carreteras, aeropuertos, puertos, terminales terrestres, TV, cable e internet, agua potable, alcantarillado y energía eléctrica. De su mayor o menor dotación, depende la competitividad en la cual nos encontramos bastante retrasados. No podemos pretender eficiencia en el producto turístico en general cuando en esta materia somos absolutamente deficitarios.
Otra cosa es la planta turística, es decir, la estructura de producción de servicios con hospedajes, restaurantes, barcos, ómnibuses, carpas, aviones, bicicletas, bancos, lanchas, taxis, etc. La inversión privada se desenvuelve en este campo y genera las inversiones y empleos que tanto buscamos. Con esta distinción, entraremos a analizar una formidable noticia para el Perú.

El ministro de transportes y comunicaciones del régimen del presidente Humala acaba de hacer uno de los anuncios más espectaculares de su portafolio y que se relacionan con el turismo. Ha dicho que hasta el 2016 se invertirá alrededor de 16 mil millones de dólares en obras de infraestructura de transportes, 50% de los cuales corresponden al presupuesto público y el resto por medio de la promoción de iniciativas público-privadas.
El objetivo central de esta operación es elevar la competitividad de la economía del país ubicada en el 2012 en el puesto 61 de 144 del ranking mundial de competitividad  del Foro Económico Mundial. Ver http://www3.weforum.org/docs/WEF_GlobalCompetitivenessReport_2012-13.pdf
Esto significa, dice el ministro, promover la conectividad al interior del país y hacia el exterior para facilitar la circulación de personas y mercancías. Aquí es donde entramos a tallar en la medida que la autoridad de turismo tenga bien claro por dónde vendrán dichas inversiones, a qué regiones corresponden y qué tramos de carreteras y puentes se construirán en dicho plazo En el mismo sentido, la inversión privada debe de conocer ya mismo un mapa de las inversiones en infraestructura para promover precisamente las inversiones en turismo.
Refresco la memoria de mis lectores trayendo el plan de gobierno del Partido Nacionalista ganador de las ultimas elecciones presidenciales que llevó al candidato Ollanta Humala a tomar las riendas del país. Dice en su documento Hoja de Ruta: •Inversión en infraestructura mediante inversión pública y privada nacional y extranjera, y/o mediante concesiones y asociaciones público privadas, para la creciente integración física del 
territorio y la consiguiente expansión e integración  de nuestros mercados internos, lo que permitirá diversificar y descentralizar el aparato productivo.
En el plan de gobierno de dicho partido se precisa con exactitud los tramos del proyecto longitudinal, es decir, una súper carretera de la sierra desde la frontera con Ecuador hasta Puno. Se señala:
Longitudinal 2: 
Río Santiago, Tnt. Pinglo, Moyobamba, Tarapoto, Juanjuí, Tocache, Uchiza, Tingo María, Huánuco,
Cerro  de  Pasco,  La  Oroya,  Huancayo,  Huancavelica,  Ayacucho,  Vilcashuamán,  Pampachiri,
Pampamarca,  Upahuacho,  Pauza,  Carrascuyocc,  Arirahua,  Chuquibamba,  Lluta,  Huanta,  Yura,
Arequipa, Moquegua.
Longitudinal 3:
El Estrecho, Sta. Teresa, Iquitos, Nauta, Requena, Contamina, Pucallpa, Ollanta, Atalaya, Camisea,
Quillabamba, Cusco, Urcos, Sicuani, Juliaca, Puno, Yunguyo, Zepita, Desaguadero. 


Si fuera verdad tanta belleza en el 2016, el turismo daría un salto cualitativo formidable. Su producto se potenciaría en un 500%, nos volveríamos verdaderamente competitivos en materia de carreteras, puentes, señalizaciones, etc., y por tanto, la demanda interna como receptiva se animaría  a comprar más de lo que vendemos.
Sería una buena oportunidad para que los inversionistas de todo tamaño sepan por dónde pasarán las carreteras y puentes para preparar sus iniciativas desde ahora. Es  una tarea que corresponde hacer al MINCETUR  y sus autoridades del viceministerio de turismo. Estaremos vigilando.

 En cuanto a mi propia experiencia profesional, me conformo con que mis amigos los arrieros del río Apurímac, en el distrito de Cachora, vendedores netos del famoso trekking a Choquequirao les reconstruyan su pequeño puente peatonal por el que atraviesan sus acémilas y turistas rumbo al afamado complejo arqueológico. Hasta ahora, nadie la es ha hecho caso. Ni su alcalde revocado, presidente de su región, ni el  MINCETUR ni nadie. Esperaré el 2016.