El 2021 se inició con una conmemoración trascendente en la vida sectorial. La celebración de las Bodas de Oro de CANATUR. Con 50 años de vida institucional que data de 1971, su papel ha sido de verdaderos intentos de representatividad que ha alcanzado ahora. Pues es el portavoz de todos ante la autoridad gubernamental incluido el ministro MINCETUR y el presidente de la República. Es innegable su papel de articulador de esfuerzos e iniciativas. Su 50 aniversario en enero de 2021 fue recodado con un conjunto de propuestas de desarrollo, medidas de salvataje tributarias, financieras, laborales, entre ellas las académicas, para salir del atolladero.
Está bastante claro para el turismo mundial y nacional que el 2020 y el 2021 han sido los años de la debacle y catástrofes de las cuales no habíamos pensado ni en el más remoto esquema previsor ni plan B. Sencillamente, creímos que nunca iba a pasar algo así y llegar hasta donde llegamos hoy. Un sector en cenizas. Es la realidad.
Todos los países han revisado el
control de daños con diversas evaluaciones, resultados y, sobre todo, las
acciones para recomponer o reactivar el sector por las empresas y
emprendimientos cerrados, trabajos y empleos perdidos u obras dejadas de hacer.
Los números internacionales de la caída son trágicos como las ocurridas en el
Perú que ya conocemos.
Pero en el caso nuestro, un nuevo
escenario se agregó: el gobierno saliente que quería marcharse a toda costa y
la llegada de uno nuevo del que avizorábamos una recomposición de todo lo
andado para pasar a un plano de cambios y transformaciones sustantivas habida
cuenta de los resultados que seguimos viviendo hoy en día: Escombros humeantes.
Como testigo de la vida
sectorial, debo de decir que los presidentes de la República y sus ministros, a
pesar de sus esfuerzos personales, los resultados fueron tibios, tardíos,
timoratos y de poco monta ante una verdadera catástrofe. En fin, así es como
nos mira la clase política. Ese es su entendimiento del turismo como uno de los
motores de la economía nacional.
Tres meses después de la toma de mando del 28
de julio 2021, es decir, 90 días en el limbo, sin un líder a cargo del
viceministerio de turismo, sin planes y sin equipo nos enfrentamos a un nuevo
desastre. La indefinición, sin ruta u objetivos claros como exigía la
situación. A fines de octubre del 2021 llega por fin la autoridad en la persona
de Doña Isabel Álvarez, reconocido profesional de la gastronomía, investigadora
y con títulos universitarios sanmarquinos.
El sector privado organizado en
CANATUR, vale la pena resaltar, tomó un papel trascendente en el sentido de
tomar la batuta y convocar a su XV Congreso Nacional en diciembre 2021 con el
fin de convocar a todas sus huestes, gremios nacionales, cámaras regionales,
profesionales, ministros de Estado, especialistas y parlamentarios del Congreso
de la Republica. El resultado fue la redacción de un documento final con los
aportes de sus expositores alcanzado al presidente Castillo, presidente del
Consejo de Ministros, ministro MINCETUR, Comisión de Economía del Congreso,
etc.
El pedido contiene en pocas
palabras, establecer un nuevo marco tributario promotor de la reactivación y formalización,
asignación de hasta el 10% del canon para promover proyectos turísticos locales,
ampliar hasta el 20% el uso del CANON por un plazo de hasta 10 años para el
desarrollo de proyectos regionales, facilitar la alianza público-privada para
inversión en infraestructura básica, nuevo régimen laboral reactivador y formal,
reactivación financiera del turismo, acciones de promoción y promoción de turismo de congresos y eventos.
Pero el asunto de fondo no es el
pedido en sí mismo, sino que nos hagan caso y acepten el paquete de propuestas,
o, al menos, parte de él. Por de pronto, no estamos dentro de las funciones
legislativas que el Congreso de la República ha delegado en el poder ejecutivo en
materia tributaria, económica, fortalecimiento de las actividades forestales, acuícolas,
fauna silvestre, sector agrario, riego, agroexportador y agroindustrial. En
esta delegación de facultades el Congreso de la República no ha dicho una sola palabra
respecto de incentivar al turismo que genera más riqueza que todas las beneficiadas
juntas. Así son las cosas.
Pero el ministro de Economía
Pedro Francke ha dicho:
El objetivo es
promover nuevos motores de crecimiento y diversificarnos productivamente. Sacaremos
pronto una mesa para la industrialización rural de productos lácteos y nuevas
medidas en favor del turismo. La agenda económica del 2022, por Pedro
Francke Ballvé. Diario El Comercio. 03.01.2022.
El ministro ha dicho al menos una
frase. Qué bueno. Aunque no sé si nos ha aplicado la más famosa jugada de la
administración pública: la mecedora. Esperaré sentado que buena falta me hace. Pero
el año que se fue estuvo ampliamente vinculado con el mercado. Desde la oferta,
la pandemia logró que mediante protocolos y requisitos básicos se convirtieran
casi 600 atractivos turísticos nacionales en lugares seguros y certificados por
la marca Travel Safety Stamp. Punto para el Perú. En el lado de la demanda, la
contracción fue severa quedando las operaciones en manos de la demanda interna
que en forma discreta ha ayudado a los proveedores en la medida de sus posibilidades.
El 2022 trae cola. Observo una
incertidumbre total. Las nuevas medidas y restricciones sanitarias del MINSA nos
llevan de nuevo a marzo de 2020. Por tanto, la demanda se verá otra vez
resentida en sus decisiones de viajar tanto dentro como fuera del país. La persistencia
de miles de ciudadanos en no vacunarse pone en riesgo el crecimiento de la economía
en general, turismo incluido. Creo que dependerá del cumplimiento del
distanciamiento y el uso de mascarillas y lavarse las manos deben de permanecer
hasta el final de esta pandemia que parece ser se convertirá en endemia. Se contrapone
a esta situación la inauguración de 10 nuevos hoteles en Lima con 1536 nuevas
habitaciones y una inversión de US$ 270 millones. Punto para la inversión privada.
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