El discurso del presidente Humala y el turismo

En la toma de mando del nuevo presidente de la República, don Ollanta Humala el 28 de julio último, ha quedado claro por parte de la mayoría de analistas políticos que su disertación  ha sido  moderada, calmada y sin sobresaltos que  aquietan las aguas turbulentas de la campaña electoral. Como quiera que un discurso de este tipo no puede satisfacer a todos los sectores ni a todos los ciudadanos, las grandes líneas de lo que será su gobierno se han  mostrado con claridad. En esta dirección, digamos que hay unos sectores que les son más interesantes que otros por el enfoque que les ha dado y que estimamos que son prioritarios en su esquema gubernamental.
Se ha referido ampliamente a los programas sociales, temas que nadie se opondrá debido a la enorme trascendencia que trae, de la misma manera a energía y minas y sus consabidos platos fuertes: petróleo, contratos de exploración y gas. En cuanto a educación se ha referido ampliamente a Cuna Más, almuerzos escolares, nutrición,  becas y 8 horas de estudio. Y así se ha manifestado con la agricultura y su AGROBANCO, la lucha contra la corrupción y la construcción de carreteras entre otros aspectos.
Veamos ahora los lineamientos económicos y productivos para seguir creciendo.

Las características de este gobierno pueden resumirse en los siguientes términos: reforma, democracia, libertades, inclusión, redistribución, crecimiento, paz con justicia, seguridad, descentralización, transparencia, soberanía y concertación. 

Como quiera que el turismo no ha sido citado como un sector prioritario, estratégico o competitivo para luchar contra la pobreza, generar inversiones y más empleo digno, entonces intuimos que estamos dentro del paquete general de otros, varios o los restantes.

Dice el presidente que... Por esa razón, mantendremos y consolidaremos un crecimiento sano de la economía y sus estándares macroeconómicos; respetaremos las reglas fiscales para afrontar eventuales crisis externas o desastres naturales; la construcción de las obras de infraestructura, grandes y pequeñas; los programas sociales; la promoción del turismo y de la cultura peruana y honraremos los acuerdos comerciales con países y bloques amigos. 

 Tal vez nos veamos involucrados en otras propuestas en las que aparecemos en el escenario de la política nacional en forma tangencial, casi de casualidad o tal vez de suerte. Veamos estos párrafos que les traigo del discurso:

Reconstruiremos una verdadera Marina Mercante del Perú para ejecutar lo que dispone la Ley de Reactivación y Promoción de la Marina Mercante Nacional. Fortaleceremos el SIMA y ENAPU como empresas eficientes y buscaremos que la construcción de más aeropuertos se oriente también hacia el fomento el turismo.

Tomaremos las medidas necesarias para que el Perú tenga su línea aérea de bandera y que el mercado aéreo comercial sea más abierto y de mayor competencia, sobre todo para abaratar y ampliar la comunicación al interior del país.

En cuanto a esto último ya nos hemos pronunciado abiertamente en contra por arriesgar el dinero del pueblo en negocios muy aventureros cuyas casos y experiencias en América Latina ya han dado cuenta del fracaso, a menos que se entienda como tal  el subsidio de rutas no cubiertas o poco rentables para las líneas aéreas regulares.

No obstante, me parece que nos veremos beneficiados lo que prometieron todos los candidatos: mejorar la infraestructura de carreteras. A este respecto ha dicho que: En el campo de la infraestructura, se proseguirá con la ejecución de obras viales como los proyectos IIRSA Interoceánica del Sur, Interoceánica del Norte, los programas Costa-Sierra y apoyaremos la elaboración y construcción de proyectos ferroviarios.

En suma, no somos una actividad trascendente a tenor de lo que ha dicho para la economía nacional. He escuchado los discursos de los presidentes: Velezco Alvarado, Belaúnde, García Pérez en sus dos gobiernos, Fujimori, Paniagua y Toledo. El discurso de hoy es el mismo o tal vez más pobre que el de aquellos en relación al turismo.  Queda por escuchar una última carta: el discurso del Primer Ministro ante el Congreso de la República donde ofrecerá a la nación, creemos, metas, cifras, objetivos concretos, inversiones y proyectos. Quién sabe si estaremos allí como pieza clave de la economía para luchar contra la pobreza.