Para incrementar la demanda receptiva e interna

Consejo al ministro Silva y a la viceministra de turismo Claudia Cornejo
En la época dorada de creación del Fondo de Promoción Turística  del Perú, FOPTUR, hoy PROMPERU, allá por 1977 y durante el gobierno de facto de Morales Bermúdez, se dio un paso trascendente para  incrementar la alicaída demanda receptiva e interna de aquellos tiempos. Con la aparición de este organismo público con un presupuesto gigante que tuvimos por primera vez en la historia, se echó  a caminar una maquinaria para generar inversiones, y por tanto, incrementar la demanda. Entonces se priorizaron los mercados, participamos en grandes ferias internacionales, se editó material de toda clase, se contactó con operadores y se sentaron las bases para crecer. FOPTUR tuvo un mérito enorme en la dirección de incrementar la demanda receptiva e interna. Fue la de abrir oficinas de representación en 15 países y  otras tantas en el Perú. En realidad fue un salto grande.
Pero como ocurren todas las cosas en un país de opereta como el nuestro, años después de recorrer un buen camino,  en la peor actuación del presidente Fujimori, se le ocurrió  liquidar FOPTUR y reemplazarlo por PROMPERU. Hasta hace poco, al ex presidente García se le ocurrió también, fusionar PROMPERU  con PROMPEX, en una suerte de ensalada de papas con camotes. Así tratan los gobernantes al sector que  más empleo y valor agregado les da.
No obstante, el asunto de fondo es que se perdió  mucho dinero, experiencia lograda y técnicos valiosos que se marcharon al sector privado. Conclusión de la novela: Se cerró un ciclo de mercados ganados.
Con el PROMPERU  de hoy, su política no se parece en nada a la de los viejos tiempos. Más bien, dirigen las cosas desde acá en una actitud pasiva y timorata con todo el dinero que tienen.
Hasta que apareció el Ministerio de Relaciones exteriores como promotor del comercio y el turismo contratando técnicos de primera fila para impulsar estas actividades. La Cancillería tienen 19 consejeros comerciales los cuales tanto el canciller como el ministro Silva buscan ajustar las cosas para que dichos funcionarios continúen.
Pero lo inédito de este caso es que el Ministerio de Relaciones Exteriores hizo una jugada de lujo contratando por primera vez en la historia a una Agregada Turística  en el Consulado General en París. Se  trata de una verdadera profesional en turismo y  no la sobrina de alguien o amiga de un congresista. Ella es María Elena Gonzalez de Corvest, distinguida alumna de CENFOTUR y licenciada en turismo. Su excelente labor en tres años ha permitido que dicho mercado salte y sea el más competitivo que tenemos en Europa.
No sabemos si su tarea continuará  dentro de los avatares del cambio de gobierno y canciller. Creo que los resultados obtenidos por su trabajo y creatividad deben ser aprovechados al máximo.
Más insólito aún es que PROMPERU no se haya preocupado por tener varias Ma. Elenas Corvest en Europa y los demás mercados prioritarios, con gente calificada en turismo y experiencia para batallar y competir desde la cancillería o PROMPERU en Berlín, Londres o Madrid.
No está  demás recordar que nuestros competidores tienen oficinas propias como la que teníamos en París  en la época de FOPTUR  a cargo de la inolvidable Nancy del Risco. Todo eso es hoy historia.
Por eso queremos aconsejar al ministro Silva y a la flamante viceministra de mover con sabiduría y autoridad sus fichas para seguir avanzando y creciendo en un mercado tan difícil como el francés donde sólo se juega con altos conocimientos, experiencia y talento. No hay sitios para improvisados.
Desde acá proponemos redoblar los esfuerzos para contar con personal de alta calificación  en turismo en las embajadas y consulados que nos interesan para tratar con profesionalismo la distribución de nuestro producto. Sería un nuevo error fatal como los anteriores desprenderse de técnicos como Ma. Elena Corvest.