domingo, 27 de febrero de 2022

Rusia-Ucrania, el turismo mundial y el Perú

 Justo cuando las luces del turismo empezaban a prenderse nuevamente, apareció una terrible situación en Europa que nos trae el recuerdo de los trágicos días de guerra, violencia, muerte y la separación de familias. El escenario europeo está ahora inmerso en un capítulo más de su infortunio tras la segunda guerra mundial en sus interminables disputas territoriales, políticas y económicas.


Foto: El País

No pensamos que Yugoeslavia se iba a convertir luego en 7 países hace poco. Desde el 2006 y que la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS, se disolviera y se transformase en 14 en la década del 90 pasada.  Luego una invasión de migrantes africanos trajo consigo una convulsión social en ese continente.

He señalado muchas veces que el turismo es la actividad social y económica más sensible de todas. Al menor resquebrajamiento de la paz y tranquilidad, seguridad y agitación, la demanda se contrae automáticamente o elige destinos que respondan a sus intereses de viaje.

Esta reflexión apunta en el sentido que Europa constituye, en nuestra mejor hora, un tercio aproximado de la demanda receptiva. Mucho ojo con esto. Y otro porcentaje significativo de Estados Unidos. Viene a cuento este señalamiento habida cuenta que en el pleito Rusia-Ucrania están envueltos en distintos niveles la Unión Europea y USA.

Ahora bien, ahora miremos al Perú, y por extensión a América Latina. Una de las lecciones más duras que extraemos de la pandemia es que ni nosotros ni nadie tuve en mente el famoso Plan B. Es decir, el plan de contención o de emergencia ante situaciones graves, imprevistas o de respaldo. No nos detuvimos a pensar en eso.

Se agrega a este inesperado escenario la turbulencia política que asola al Perú desde que llegó el gobierno del presidente Castillo y, el epilogo que tendrá este asunto en las semanas que vienen. Ojo que estamos ya cerca de la alta temporada del receptivo desde julio a septiembre 2022, lapso en el que competimos, entre otros con un reciente contendor, Colombia, que en el 2019 ya nos había superado en el receptivo y más aún en la pandemia.

En consecuencia, invoco al MINCETUR y sus organismos públicos descentralizados, a CANTUR y sus gremios naciones y regionales, a las autoridades regionales, provinciales y distritales, a la academia, y a los aliados del turismo peruano de todo tamaño y acción a prepararse, tomar medidas preventivas para lo que pueda suceder. Nunca hicimos algo así. Hoy es hora de hacerlo sin que esto signifique de parte mía un alarmismo o zozobra. Sencillamente, precaver.

¿Qué hacer?

1. Revisar la Nueva Estrategia para Reactivar el Sector Turismo 2022-2025 del MINCETUR y rescatar de ella lo que podría ser útil para un momento distinto de producirse.

2. La estrategia central para un momento diferente es jugar todas nuestras cartas al turismo interno. Es decir, priorizar ahora las inversiones en infraestructura básica para mejorar los productos en el mercado para esta demanda. El ejemplo más insólito es que, la carretera de acceso a Caral, abierto para peruanos y extranjeros tiene por pista un terral de vergüenza.

3. Multiplicar la señalización de turismo de naturaleza y aventura. Es lo que elegirán los nacionales en todo momento.,

4. Potenciar a las municipalidades distritales y provinciales en la gestión que es el más grande talón de Aquiles de la administración del turismo peruano.

5- Convocar a la academia para todo trabajo de investigación de mercados.

 

 

 


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