Cañón del Colca |
En
esta búsqueda decisiva aparecen en el tapete
algunas consideraciones de fondo que son cuestiones a plantear sí o sí.
Las más complicadas y difíciles son: ¿Qué pasa si nuestro destino tiene pocos
atractivos, o no tiene un producto entre manos para salir al mercado? O mejor,
¿Qué pasa si no tenemos atractivos señalados en los registros del inventario?
Aquí
entra en operación el medir las ventajas competitivas del destino. Es decir,
qué tan buenos somos ante los competidores y si llegamos a satisfacer las
expectativas de los potenciales clientes. Así hizo el genial Walt Disney quien
en un terreno semidesértico construyó una ciudad con cascadas, montañas,
lagunas, trenes del futuro y fantasía. Sencillamente fueron diferentes. Crearon
o inventaron un nuevo destino al que llegan millones de visitantes anualmente.
Para
los que se lamentan de no tener atractivos que Dios les hubiera otorgado, queda
la alternativa de inventarlos. De hecho, en el Perú hay mucho de esto con la
creación de festivales de música, gastronomía, danzas, fiestas o de arte. Es
una respuesta correcta. En esa dirección, el medir las ventajas competitivas
parte también por el hecho de ser diferentes en el producto. Sea por lo
espectacular del atractivo que conmueve al turista como por la calidad de las
instalaciones y equipos o por la delicadeza de la atención y calidez brindada a
los clientes.
Una
forma concreta para armar el rompecabezas al forjar un nuevo destino es
presentar al mercado productos en los que se experimenta emociones nuevas,
distintas y únicas. No hay manera de competir hoy ante los rivales si no
planteamos una oferta de productos radicalmente novedosa y diferente. Veámoslo
de manera inversa. Un nuevo destino con servicios ya existentes, iguales,
tradicionales, poco innovadores. ¿Podrá escalar posiciones en el reparto de la
torta?
Queda
claro que la clave de ingreso a un mercado altamente competitivo será
presentarse con un componente creativo, distinto, diverso y de calidades
óptimas. Ojo que no nos estamos refiriendo a servicios caros o de lujo. Sencillamente
hablamos de aquellos de estándares altos de rendimiento independientemente si las
inversiones son de muchas o pocas estrellas o tenedores. En suma, en el mercado
abierto de hoy los nuevos destinos deben de tener ventajas competitivas
definidas antes de nacer.
¿Qué
son las ventajas competitivas de un destino? En principio, se trata de las características o atributos ostentados
por éste que le dan una cierta superioridad sobre sus competidores inmediatos.
Estas características o atributos pueden ser de naturaleza variada y referirse
a la infraestructura como un aeropuerto de primer nivel, una autopista de
primera, hoteles de última generación,
buses turísticos, guías altamente calificados, seguridad garantizada, a las
modalidades de producción, distribución o ventas propios del producto o de la
empresa. [1]
Podemos
señalar a las ventajas competitivas como las características de los servicios
que nadie las tiene y son únicas, por tanto, ofrecen superioridad sobre otros como
los siguientes: el Camino Inca en el Perú, Bariloche en Argentina, Aguas
termales de Pucón en Chile, Galápagos en Ecuador o Cartagena en Colombia. Son
insuperables y nadie puede competir con ellos en sus especialidades. De manera
que si hubiera un destino nuevo que quisiera enfrentarlos deberá ser superior. Así de sencillo.
Como
se puede observar, estas superioridades resultan de la combinación de muchos
factores, una de las cuales es la diferenciación a través de la cual el destino pone en el mercado un factor no mostrado por
los otros. Podemos mencionar a continuación, que la ventaja resulta también de
la mejor productividad
cuyo resultado nos conduce a una mayor rentabilidad, es decir, costos más
ventajosos, personal más experto, publicidad más eficiente, alta tecnología,
distribución amplia, etc.
Ahora
bien, una correcta aplicación de las ventajas competitivas no sólo se explica en el hecho que hay que
desarrollarlas y construirlas para diferenciarse con los otros destinos. Hay
algo más profundo. Debemos ubicar a
éstas dentro del contexto del mercado porque los destinos no corren solos ni
tienen por contrincante a un puñado de otros destinos que venden más o menos lo
mismo que nosotros.
En
verdad, existen otras fuerzas invisibles muy fuertes que nos obliga a tomar
posiciones para determinar cuán atractivo es el sector y cuál debe ser la
política estratégica que asumamos ante este gran espectro.
Laguna Umayo en Puno |
Texto extraído del próximo libro que preparo:
Planificación de Nuevos Destinos Turísticos. Un estudio de casos.
Me encanto su clase magistral, sobre como encontrar en forma correcta las ventajas competitivas en un destino turístico. Pero, tiene razón, lo más importante, seria ubicar a nuestro producto en el contexto del mercado. Es algo básico, que muchas localidades que deseen ser un destino único deben tomar en cuenta, además de las agencias de viajes para que conozcan que están vendiendo y así no pierdan dinero en el intento de la creación de un producto turístico.
ResponderEliminarEn nuestro país contamos con diversos lugares turísticos ya sean culturales o naturales pero solo algunos los promocionamos, pero por que pasa esto es por falta de conocimiento por parte de las personas que no intentan buscar nuevos destinos también es que los encargados de difundirlos no lo hacen solo vendan lo que ya es conocido, eso es no de los problemas por el cual Perú aun no se ha desarrollado en toda su totalidad. uno de los principales ventajas competitivas es promocionar un lugar que ninguna agencia lo tenga esto ayudara a una mejor acogida ya sea para la empresa como también para el lugar asi crear nuevas oportunidades para todos. naysha ccoiso
ResponderEliminar