miércoles, 2 de noviembre de 2016

84 años de turismo en el Perú. Feliz aniversario.

El 3 de noviembre de 1932, el presidente Luis M. Sánchez Cerro suscribió en palacio de gobierno la ley 7663 por la cual se instaura el servicio  oficial de turismo en el Perú encargando tres tareas: 
1. Al fenecido Ministerio de  Fomento y Obras Públicas a quien se le solicita atender las corrientes turísticas al Perú, y en especial al Cusco.
2. Al Ministerio de Hacienda de entonces,  se le pide consignar una partida presupuestal. 
3. Al Touring y Automóvil Club del Perú se le autoriza a hacer la propaganda turística correspondiente. 

Hasta acá la descripción histórica o el recuento de la partida de nacimiento del turismo en el Perú que una vez descubrí para el sector en un vetusto libro de la biblioteca del Congreso de la República en 1985. Cierto es que casi nadie sabe de estas efemérides pero proclamamos  este acontecimiento en solitario hasta que en algún momento celebremos en la justa medida del tiempo y la reflexión, la edad  experiencia  y  las lecciones aprendidas cada año.

Ahora bien, el fondo de la cuestión es que desde esa fecha hasta ahora mucha agua ha corrido debajo del puente en el sentido de haber crecido desde una pequeña  repartición en el desaparecido Ministerio de Fomento y Obras Públicas hasta ser parte hoy de un gran ministerio, el famoso MINCETUR.  Podríamos decir que tenemos ministerio propio aunque, en verdad, en 8 décadas hemos sido inquilinos precarios del edificio de Corpac.

Los logros mayores han sido y son el de ser uno de los motores esenciales de la economía del país cuyo aporte al aparato productivo, es decir, el PBI es de 4%.  Agrego la capacidad de generar  miles de puestos de trabajo directo, un millón 200 mil personas y el doble de empleos indirectos sumadas a las inversiones sin registrar en este guarismo  el poder de los miles de artesanos.

84 años después, el turismo ha crecido de tal manera que hoy por hoy es parte de los planes de gobierno de todo candidato que se respete y desee ingresar a la arena política. Aunque estamos aún lejos de ser un sector competitivo en el ámbito internacional, la debilidad a subrayar es que con todo lo que creemos que somos y tenemos apenas captamos el 0.29% de la demanda mundial.  

Acaso nuestra mayor debilidad no superada en décadas es la infraestructura básica, el Talón de Aquiles sectorial que impide un crecimiento mayor y difícil de alcanzar para los cálculos del presidente Kuczynsky de llegar a los 7 millones de turista en el 2021. Pero la mayor fortaleza es la capacidad de poder desarrollar varios productos diferentes de lo que vendemos desde 1932 y que precisamente la demanda mundial y nacional desea comprar.

Ojalá que el aniversario 85 en el 2017, sea ocasión para abrir debates, reflexiones, aportes, seminarios y fiesta para hacer un descanso y replantear el futuro con un nuevo actor usualmente desmarcado en el escenario cual es la academia. Su aporte ha de ser trascendente.





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