sábado, 27 de abril de 2024

El tren bioceánico Brasil-Chancay y el turismo

 Estando a apenas 7 meses de la inauguración del más grande proyecto portuario del Perú y América Latina, está bastante claro y garantizado que el crecimiento urbano, comercial, social y turístico de ese apacible puerto se convertirá en un gigante como nunca lo hemos soñado. El propio alcalde de Chancay anunció que: Uno de los impactos que tiene la construcción del nuevo puerto es el interés para invertir por parte de empresarios de cadenas de hoteles, centros comerciales e inmobiliarias. (Agencia Andina. 12.01.2024) También precisó que para que eso sea posible necesita con urgencia su Plan de Desarrollo Urbano, hoy en actual conclusión.

Más agua al caldo. El actual ministro de Economía, señor José Arista ha hecho una segunda declaración francamente espectacular: la creación de una Zona Económica Exclusiva allí mismo para promover grandes inversiones en tecnología, ensamblaje de vehículos y otros. Para ello, el canciller está en eso.

Ahora bien, la ministra de planeamiento de Brasil también tiene en mente, con su gobierno y con Xi Xin Ping el verdadero proyecto de fondo: La ruta bioceánica Brasil-Chancay. Inicialmente con carreteras y luego el tren. Según el gobernador de Ucayali, la ruta sería desde los estados de Porto Velho, Cruzeiro Do Sul, pasando por Pucallpa y como punto de llegada nuestro puerto. La ruta sería desde Pucallpa, Tinga María, Huánuco, Ambo, Oyón, Huacho y Chancay.


Foto: CRIC

 ¿Qué tendría que ver el turismo en este escenario? Bastante. Porque sería el que gatille el desarrollo del centro del país y la selva central, zonas con mucha pobreza y en el abandono. En primer lugar, por la enorme cantidad de empleos directos e indirectos que genera, urbanos y rurales, temporales y eventuales. El casi paralelo de este trayecto de la carga brasileña y luego el tren sería la selva central. Desde Tarma hasta Satipo, Oxapampa y Pozuzo hasta Puerto Inca. Digo que es la joya de la casa en materia de turismo de naturaleza y aventura, destino favorito de la demanda limeña, así como está y donde está.


  Foto: Jade Reps

En esta ruta, al igual que el puerto de Chancay, hace falta lo mismo. Plan de Desarrollo Urbano, obras de infraestructura básica y social y promoción gigante de inversiones privadas en planta turística de todo orden para que se convierta en un producto de calidad como lo han hecho otros destinos en otros países. Pequeños y medianos negocios de hospedajes, restauración, entretenimiento, entre otros de la larga cadena productiva del sector.

Es posible si trazamos un plan de desarrollo interregional que comprenda Junín, Pasco y Huánuco al mismo tiempo y con un solo objetivo de cambios y transformaciones. No está planteado así sino como el antiguo esquema de hacer mil pertures que no sirven para los intereses de la Nación. A continuación, el gancho es promover inversiones con incentivos tributarios, así como tienen otros sectores que generan poquísimo empleo en comparación con el turismo pero que sí gozan de esos beneficios.

 Sin embargo, el argumento del MEF para no seguir otorgando más beneficios y exoneraciones tributarias es por el enorme forado fiscal que originan tales beneficios y, porque además estamos saliendo de una recesión. Pero, por otra parte, dicen los planificadores del turismo como los del tren Maya en México o los de Cabo Rojo en R. Dominicana que contra esa corriente solo vale promover las inversiones para generar abundante empleo y así volver a girar la rueda del consumo con nuevos agentes que tienen dinero para comprar bienes y servicios. Estoy hablando de los pobladores de esas regiones.



                         Foto: RPP                                                            Foto: Aviación on line

Me pongo en el caso que el legislativo y ejecutivo no vean el futuro por un problema de miopía incipiente. Podría quedar el camino de obras por impuestos o el de recuperación anticipada del IGV para una inversión mínima de 1 millón de dólares en cualquier iniciativa en planta turística. Para los nuevos en el sector turismo debo recordarles que lo que señalo ahora es poca cosa en comparación con los incentivos tributarios que ofreció el gobierno militar de Velasco Alvarado. Tres leyes con exoneración del impuesto a la renta por 10 años, así como el IGV solo para el turismo en el Perú.  

Si se ejecutara este proyecto con este gobierno o el que venga ¿Qué podría pasar?

Hicimos cálculos con mi distinguido alumno Luis Barboza, gerente general del Westin Hotel de Asunción, Paraguay.  Lo convoqué por su larga experiencia en grandes proyectos en el Caribe. Su primera conclusión fue que se podría generar en la selva central una inversión pública y privada del orden de 49 millones de dólares en infraestructura básica y 148 millones en planta turística, concretamente en 1885 habitaciones de 5,4 y 3 estrellas más casas vacacionales.

Ahora bien, estas primeras reflexiones me conducen a cuantificar cuánto sería la generación de empleos, el único objetivo posible en la región: unas 26 480 familias se beneficiarían en puestos de trabajos directos e indirectos en la etapa preoperativa y de operación. Esta opción se perdería para siempre de no haber una acción y reacción.

Hay dos elementos que abonan a favor de esta tesis que sostengo hace años, así como con el pequeño Miami en Piura y Tumbes y el Circuito Nororiental que ya existía. Un elemento a favor de la Selva Central es la inminente construcción de la novísima carretera central que impulsará una demanda mayor y la existencia del aeropuerto de Satipo, por ahora al servicio de aviones pequeños y medianos. Creo que el juego se ve favorable en todas las aristas por las que se las mire.

Mensaje a los gobiernos regionales involucrados, alcaldes, a la ministra y viceministra de turismo, a los presidentes de gremios regionales y nacionales, academia, prensa, empresarios, inversionistas y gente que tenga la visión del futuro. A tomar acción.  

 

  

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