Hasta hace poco, los Tratados de Libre Comercio, más conocidos como TLC, se han convertido en una panacea para la economía nacional. Hemos sido testigos de cómo se ha gastado enorme cantidad de tiempo, tinta, papel, discurso y plata de nuestro bolsillo en una empresa en la que nos parece bien los esfuerzos desplegados pero nos parece muy mal que no se haga lo mismo con el turismo. Al igual que cuando el sector convivía con la industria éramos la última rueda del coche, hoy la historia se repite en la misma medida.
Viene a cuento esta aseveración debido a que el Perú y su flamante ministra de comercio exterior y turismo están a punto de abrir 15 oficinas de comercio exterior por todo el mundo. No está claro si dentro de ellas se incluirán a funcionarios que promuevan el turismo de la misma manera como lo hacen con el comercio de exportación. Más aún cundo nuestra ministra acaba de anunciar el inicio de tratos de nuevos TLC con Turquía y la India. Justamente, este último país es una de la estrellas de los países BRIC de los cuales hemos tratado las semanas anteriores.
Como quiera que hay que evitar que el pasado nos enrostre, debemos de forzar un TLC de turismo hacia dentro y hacia fuera comenzando con la decisión de los gremios que tenemos para que reclamen, exijan y pataleen así como hace ADEX, PROMPEX, la SIN, CONFIEP y el resto de la comparsa. El asunto de fondo será entonces calibrar si nuestras entidades empresariales están en capacidad de comprarse semejante pleito para crecer y dar un salto al futuro en lugar de perder el tiempo en asuntos chauchilla y de poca monta.
¿Cómo sería un TLC en Turismo? Libre tránsito y aceptación de tan solo el DNI para ingresar y salir de las partes contratantes. Cielos abiertos automáticos para las líneas aéreas hacia y desde cualquier aeropuerto en ambos sentidos. Inversión en planta turística reconocida y protegida. Reconocimiento de grados y títulos en turismo y hotelería. Iguales derechos laborales para los trabajadores profesionales del sector de los contratantes. Libre circulación de la artesanía de oro y plata y otros materiales en ambos sentidos. Respeto irrestricto al libre mercado. La lista continúa.
¿Con quiénes habría que suscribir un TLC de Turismo? Para empezar con aquellos países que son mercado efectivo y potencial como: USA, Chile, Argentina y Brasil. También con Alemania, Francia, Inglaterra, Italia, España y los nuevos de Europa del Este: Rusia y compañía. Luego China, Japón, Corea y los 7 Tigres del Asia que ya deben de ser como 15 entre ellos: Tailandia, Singapur, India, Filipinas, etc. No tenemos TLC con todos ellos.
¿Por dónde empezamos?
En primer lugar habrá que decidir si seguimos con el menudeo y la opereta o nos lanzamos hacia cosas mayores. Por ejemplo, no creo en eso que el turismo es una política de Estado. Cada vez que algunos vándalos toman una carretera y veo cientos de turistas atrapados sin que las autoridades actúen con diligencia, me provoca sublevarme. Sí creo que debemos de competir abiertamente para combatir la pobreza, como generador de empleos abundantes y divisas para el desarrollo. Con la experiencia que ya tenemos en eso de política de Estado en donde nadie nos hace caso, es preciso revertir esa situación.
Una segunda consideración es que necesitamos cuadros calificados. Me parece que los tenemos para que esta operación pueda ser exitosa. Finalmente, hace falta la participación activa tanto del Poder Ejecutivo como del Legislativo y los gremios empresariales nuestros para llevar adelante esta empresa.
Hay algunos antecedentes que vislumbro a favor de un TLC de Turismo. El primero es el acuerdo suscrito por los cancilleres de la Comunidad Sudamericana de Naciones por el que los ciudadanos de la comunidad pueden ingresar libremente a sus países con la sola presentación del DNI. Al igual que en otras ocasiones, recomiendo cosas concretas como:
1.- Enviar a 10 ministros para que viajen por el mundo a negociar estos TLC conjuntamente con nuestros empresarios, embajadores, autoridades universitarias, artesanos y representantes de los trabajadores.
2.- Ofrecer por delante y en forma unilateral cielos abiertos.
3.- Negociar la inversión tanto en planta turística como en infraestructura aeroportuaria y portuaria
de enclaves como Tumbes y Piura, concesión de aguas termales y parques nacionales.
4.- Ofrecer incentivos tributarios a la inversión que genere mucho empleo así como el que goza la minería.
5.- La ministra de comercio exterior y turismo debe de encabezar esta cruzada ya no para vender bienes sino servicios. Hago recordar que la ministra de turismo de México estuvo en China en julio ultimo para promover los viajes en ambas direcciones, desarrollar las inversiones y abrir una conectividad con Cathay Airlines y Hainan Airlines. Es fácil de entender que esa ministra se dedica a vender en grande. Está dedicada a promover cosas grandes. Ojalá que nuestra nueva ministra de turismo siga ese camino.
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