viernes, 7 de enero de 2011

Diez años de turismo en el Perú. 2001-2010 ¿Qué nos pasó?

Al  haber concluido una nueva década del desenvolvimiento del turismo peruano del que formamos parte  ineludible y testigos presenciales,  ensayaremos un balance  de lo ocurrido en este periodo  en sus campos más sensibles  teniendo en cuenta que el decenio anterior fue digamos de relanzamiento luego de la larga noche del terrorismo. Lo que siguió fue  el ingreso de inversión extranjera con la llegada de grandes marcas hoteleras y nuestra incorporación al mercado mundial y su régimen de competitividad. Es decir, estamos en un campeonato internacional donde hay que demostrar cuán competentes y eficientes somos para  ser protagonista, estar en media tabla o a punto de bajar a segunda división. Veamos.


La organización institucional pública recuperó su anterior status para convertirse nuevamente en un viceministerio de turismo el 2002 luego de varios años de estar en el limbo. Esto fue algo positivo y  bueno. Sin embargo, los gremios han insistido para convertirnos en un ministerio de turismo. La respuesta más clara del gobernante de turno fue soslayar este reclamo y otorgar tal rango a la cultura.  En realidad los argumentos utilizados son bastante enclenques. Dicen que basta con serlo y nos vamos corriendo a la primera división del turismo mundial. Solo diré que acaban de nombrar de director regional de turismo en Junín a un arqueólogo. ¿Cómo ser competitivos así con aficionados y amateurs que ocupan casi todos los cargos públicos del turismo?  Hay decenas de ejemplos más.


En cuanto a nuestra participación en la demanda mundial y la cuota de  mercado que hemos logrado la cosa es así. En el 2001 alcanzamos el  013% de la demanda mundial en tanto que en el 2010 subimos al 0.26%. Diría que no es un consuelo tal comprobación porque esas cifras dentro de la gigantesca demanda mundial es casi nada en tanto que nuestros competidores más  cercanos se la siguen llevando. En este periodo, PROMPERU trajo  en promedio 155 000 turistas anuales nuevos con 588 millones de soles en la cartera contados desde el 2003, algo así como  210  millones de dólares, 26 millones de dólares anuales y un costo por cada turista nuevo traído de 170 dólares.
Tengo el mayor respeto y consideración por PROMPERU. Creo que las cifras que señalo deberían ser mucho más  eficientes y contundentes. Ojo que la vigencia del Fondo de Promoción caduca el 2012, de manera que hay que mostrar cifras francamente contundentes al Congreso de le República para ampliar este beneficio. Por último, no hemos logrado ingresar al ranking de los diez primeros de América. Estamos fuera sencillamente con Machu Picchu y todo. Siempre nos anteceden Cuba y Chile.
El turismo interno es una de las pocas cosas buenas de la década. De  ser un furgón de cola y comparsa en la visión gubernamental pasó a ser protagonista y salvador de muchas campañas de ventas. El crecimiento de la economía nacional ha hecho posible evidentemente este  caso, es decir que a mayor estabilidad mayores consumidores de servicios turísticos. La debilidad es la escasa cuantificación y medida de  este movimiento para juzgar los desempeños.  
La infraestructura básica, es igualmente un factor favorable y positivo en el balance. Cierto es que no hemos llegado ni a la mitad de lo básico y necesario para atender a los turistas pero lo hecho es bueno. Aeropuertos renovados, nuevas carreteras, algunos terminales terrestres, agua potable y alcantarillado en destinos rurales. Nos traiciona el abandono de los puertos marítimos, fluviales y lacustres. Un ejemplo simplón. Si Iquitos tuviera un puerto de primera categoría, el producto sería altamente competitivo a pesar de la llegada de empresas  de cruceros de lujo a ese destino. Incluyo aquí el trabajo hecho por alcaldes comprometidos con el turismo en la mejora notable de muchas ciudades.
La planta turística está pasando  por un momento renovado con la llegada de grandes inversiones hoteleras de primera categoría y marcas internacionales. A decir de la SHP, la inversión al 2010 llega fácilmente a los 1000 millones de dólares sólo en hoteles de 4 y 5 estrellas sin contar la inversión nacional en establecimientos de menor categoría, transportes que comprenden aviones, barcos, vehículos, equipamiento y restaurantes.  Con este agregado la inversión en turismo es francamente espectacular. Desgraciadamente la autoridad no lleva la cuenta de cuán grande es. Menos sabe los empleos que se generan, y aún menos los empleos directos e indirectos.
Tal vez por esto no nos hace caso ningún gobierno de los últimos 10 años. Sin cifras para convencer. Olvídense de lo único que saben las autoridades públicas y privadas del turismo: tantos turistas llegaron el año anterior y gastaron tanto. Qué vergüenza. No salimos de allí. Para ganarse el respeto de los políticos que tenemos hay que hablarles con números: la contribución del turismo al PBI nacional en producción y consumo, inversión nacional, generación de nuevos  puestos de trabajo productivo, valores agregados, efecto  multiplicador del gasto, lugar que ocupamos en la economía nacional, en fin…
Anoto un aspecto positivo y de peso en el balance de la década. La publicación en el 2005 por parte del MINCETUR de la Cuenta Satélite del Turismo, el único texto trascendente que se ha producido hasta la fecha y que nos permitirá saber quiénes somos y cuál es nuestro peso especifico para el Perú. Las últimas cifras datan del 2001. Ojalá que el gobierno que se va deje algo mejor.



Las organizaciones de la empresa privada en forma de asociaciones y cámaras no pudieron  igualar ni siquiera en la forma a las grandes representaciones de los 80 y 90 aún en épocas de  crisis. El sueño dorado del gremio propio hizo que aparecieran nuevos entes para guarecer intereses de grupo, y que por tanto, no representen a nadie. Solo falta que se constituya la asociación de pinches de restaurantes o el gremio nacional de trasladistas. Entonces pierden credibilidad y nadie les hace caso.
Finalmente en este apretado balance el boom de la gastronomía que se inicia en verdad con el padre Leuridan de la USMP. Es justo reconocerlo. Más tarde vendría Gastón Acurio quien llevó la olla a la categoría de gran negocio y de exportación. El resultado es la aparición de circuitos gastronómicos creando muchos puestos de trabajo, negocios e inversiones.
Quedan otros temas en el tintero que seguiremos evaluando en otras entregas. 

1 comentario:

  1. Excelente analisis. En mi opinion todo el turismo de america latina ha caido.

    ResponderEliminar