domingo, 3 de enero de 2016

La medida del turismo

Hace unos días, la ministra de turismo del Perú,  doña Magaly Silva presentó a la opinión pública y al sector turismo los resultados de su gestión en materia de turismo interno dentro del marco del documento; Perfil del Vacacionista Nacional 2014 de PROMPERU cuya institución suele hacerlo desde el 2010. 

Aunque bastante tarde en su anuncio de resultados, señaló como indicadores trascendentes los mismos que los ministros de turismo hacen desde que me inicié en turismo 4 décadas atrás, es decir, el número de viajes, viajeros y gasto de los nacionales haciendo turismo dentro de su país. Las cifras son la siguientes: 4 476 578 viajes. Un millón 760 mil turistas y un gasto de S/ 2230 millones de soles, unos 675 millones de dólares.

Estas cifras mostradas no reflejan lo que el turismo hace por el crecimiento y desarrollo de la economía nacional. En realidad, son guarismos bastante pobres en la medida que no convencemos a la opinión pública, al hombre de la calle, a la clase política si esta existe ni da indicios que somo un motor de la economía que es capaz de mover montañas.

Con esa declaración y presentación nos quedamos entre los calichines del ranking de los sectores productivos. Por eso nos ningunean. He sostenido esta tesis desde esta tribuna habida cuenta que hoy en día el turismo ha entrado a otro plano de su evaluación y performance expresado en su aporte en otros indicadores verdaderamente relevantes reiterados por la economía moderna.

Sin embargo, la ministra tiene una oportunidad notable de mostrar al Perú no sólo la memoria de su gestión en julio del 2016, fecha en que concluye el mandato del presidente Humala, sino decirle al país  lo que hemos sido capaces de hacer desde una perspectiva mayor.

Sería un salto cualitativo  expresar el aporte del PBI sectorial del PBI Nacional. Allí vamos de ganadores como lo son las inversiones públicas hechas en infraestructura básica y las de planta correspondientes al sector privado. Me parece que serían cifras siderales cuyo correlato son los empleos generados tanto permanentes como eventuales, directos como indirectos. Este es el verdadero caballito de batalla del turismo mundial y hay que demostrarlo con cifras claras.

Se añade a este cuadro la capacidad de producción de los servicios que vendemos y el consumo de los mismos medidos y cuantificados en unidades productivas sin dejar de lado los salarios pagados y los impuestos cobrados por  el erario nacional. Si esto hiciera la ministra al final de su mandato, desde aquí la condecoramos porque pasaría a la historia lejos de las memorias de ministros simplones que poco le han dado al sector.  








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