domingo, 28 de diciembre de 2014

Breve balance del turismo peruano 2014

Echemos una mirada al recorrido hecho por todos los actores que formamos parte del sector turismo peruano tanto del sector público como del privado así como los organismos que tienen que ver directa o indirectamente con el caminar  sectorial en el año que termina. Puedo decir que el 2014 ha sido más que satisfactorio habida cuenta de logros trascendentales que ponen bases sólidas para el futuro. 
 
En primer lugar, en materia de infraestructura, la Carretera Longitudinal de la Sierra que va desde la frontera con Ecuador hasta Desaguadero en la frontera con Bolivia, de 3500 k de asfalto ha llegado hasta el 80% de avance  cuya conclusión está prevista para julio del 2016. El efecto que ya tiene sobre el turismo es magnífico razón por la cual las facilidades y condiciones del crecimiento del turismo interno han sido espectaculares.
 
Una noticia buena del año ha sido la entrega de las credenciales al operador privado que  ganó la concesión por 30 años del aeropuerto internacional de Chinchero en Cusco. Es un paso notable para que el producto cultural de Cusco  y Machu Picchu se ponga a la altura de los grandes del  mundo. Punto a favor. Me parece igualmente un logro singular, según Telefónica, que las metas de mayor impacto han sido superar los 1,400 nuevos pueblos integrados al Perú y al mundo con telefonía móvil, así como la conexión de Iquitos a través del internet de alta velocidad. Ojo que gran parte de esos pueblos integrados son destinos que aspiran a serlo por la bondad de su oferta. Pero sin internet de alta velocidad y telefonía móvil  no son nada. Adicionalmente, se están terminando las obras para conectar con fibra óptica a las ciudades de Rioja y Moyobamba, con lo que a partir de febrero de 2015 estas ciudades podrán contar con internet de alta velocidad y telefonía móvil 3G.
 
Las inversiones privadas en turismo en el año que termina han sido incesantes por las obras ejecutadas que hemos visto a lo largo de nuestros viajes por el país. Desde hoteles de cinco estrellas, barcos de lujo en el Amazonas, hostales y hostalitos, restaurantes, buses de turismo en Lima y el Colca, embarcaciones menores en el Titicaca, Pisco y Tumbes, resorts, cuatrimotos y bicicletas, carpas y teléfonos satelitales, tecnología de punta, en fin, hemos visto de todo en el 2014 que se va. Desafortunadamente no tenemos cifras registradas pero a ojo de buen cubero, deben de ser varios cientos de millones de dólares. 
 
Como consecuencia de estas inversiones, motor de la economía, se han generado cientos de puestos de trabajo dignos. He tenido la suerte de encontrar  a alumnos míos en este vendaval. Me llena de satisfacción estos logros que expresan el crecimiento sectorial en el ángulo más sensible de nuestro desarrollo. Aquí es donde el sector muestra su verdadera fortaleza al generar trabajo directo e indirecto, nuestro caballito de batalla, y empleos eventuales y permanentes. No hay cifras registradas al respecto. Pero sería bueno que  nuestra viceministra de turismo tome nota que en su balance 2015 nos debe de traer cifras, resultados e indicadores concretos de este tema. Es la única manera de evaluar su gestión.
 
Sobre el turismo receptivo, hemos advertido que se ha hecho cuestión de estado sobre el porcentaje de dicha demanda del 2014 respecto del 2013 que alcanza al 2%. El argumento es que el turismo internacional ha crecido en cifras mayores así como la de los países vecinos. Entonces se tomó el resultado como el fin del  mundo, el juicio final, hecatombe y la llegada de los jinetes del apocalipsis. Es un análisis bastante elemental, de poca monta y primarioso.  Por eso es que la opinión pública nos mira con desdén por haberle hecho creer, con esos análisis,  que somos un  sector frívolo, de  medir la llegada de unos cuantos gringos que dejan billetes verdes. Para la clase política, prácticamente no existimos porque con esa clase de comentarios, no decimos nada ni representamos nada.
 
Tengo mis propias convicciones y tesis respecto de lo que hay que medir, cuantificar y poner en la balanza para un país pobre que aspira a que sus motores de la economía, entre ellos el turismo, generen riqueza. En mi opinión, es intrascendente el debate. He oído a todos los ministros de turismo  hace 40 años el mismo discurso. Llegaron tantos y gastaron tanto. Es todo. Se agotó el balance. No es así.  
 
Creo que lo que hay que pone en el asador son los resultados del aporte del PBI sectorial al PBI nacional. Es la única forma de medir la producción y consumo de servicios de parte de la demanda receptiva e interna. Entonces veremos la capacidad de gestión de nuestras unidades de negocios, miles de ellas, lo que son capaces de  hacer para mover la economía de sus pueblos. Lo que hay que medir son  las inversiones nacionales que son el 99.5% de la planta turística nacional y el impacto que ellas generan, entre las que contamos sin duda a los empleos. Y qué decir de los salarios e impuestos que se producen al compás de esta producción.
 
Cuando tengamos estas cifras a la mano, las cosas cambiarán. Ningún político se atreverá a ningunearnos. Cuando el ministro diga que el turismo aporta el 5% del PBI nacional como el sector que contribuye con más valor agregado que todos los otros, entonces, la opinión pública nos verá de otra manera. Cuando nuestra primera autoridad diga que henos generado en el año 3  mil millones de dólares de inversión privada con 25 mil nuevos empleos, en ese momento, las prioridades cambiarán. Cuando el ministro diga que  la suma de los salarios y beneficios pagados a nuestra clase laboral es de tanto millones de soles y que el Estado ha cobrado tantos millones en impuestos, entonces seremos un motor trascendental y esencial de la economía peruana.  
 
Los análisis sectoriales tiene  otro fondo y sentido.  Es como pretender medir los resultados de la industria farmacéutica, basándonos en cuántos panadoles se han comprado. O cuántas aspirinas. Qué dirán los gurús de la economía nacional sin ir a buscar a los Chicago boys. Se morirían de risa. Por eso nos miran por encima del hombro.  
 
Pero el plato fuerte del balance es el resultado del turismo interno. Francamente sorprendente. Cuatro  millones y medio de viajes en el 2014. Esta cifra ha despertado  muchas iniciativas de negocio nuevas que han multiplicado los destinos con las  nuevas carreteras. Aplausos para sus autores. El incremento de la economía nacional en los últimos años,  ha desencadenado en el 2014 una verdadera avalancha de nuevos consumidores de todos los niveles socio económicos.

A decir del  libro, Ciudad de los Reyes, de los Chávez, de los Quispe de Rolando Arellano y David Burgos, no se trata de nuevos clientes con más dinero como se les suele definir en los NSE A, B y C, sino de nuevos estilos de vida. La nueva clase social de millones de emprendedores que buscan bienestar para sus familias es el resultado potente del turismo interno en el país. Luego, hay que abrir oficinas de promoción turística en Lima Norte, Sur y Centro, la mata de otros millones de  potenciales turistas.
 

 
 

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