domingo, 12 de septiembre de 2021

Turismo en el Perú: Sin rumbo, sin líder y sin equipo

 La toma de mando de los nuevos gobernantes del Perú, los 28 de julio de cada 5 años, tiene ribetes de formalidad, esperanza, aplicaciones de planes y presentaciones de las cabezas de los sectores. Luego de ser testigo de los cambios de gobierno en los últimos 50 años, tengo una idea bastante clara de este tema al reconocer las presentaciones de los ministros, viceministros y autoridades. Aunque no todos han sido santos de mi devoción, en lo que al sector turismo se refiere, he conocido casi a todos por haber trabajado bajo sus mandos o sencillamente saber de su ejecutoria en la gestión sectorial.



con la llegada del actual presidente de la República, señor Pedro Castillo, ha sucedido algo insólito. Su gabinete ha sido objeto de múltiples condenas y acusaciones por los graves antecedentes policiales, de Contraloría, fiscalía y judiciales de varios de su equipo que nos ha dejado con un mal sabor.  

En el sector turismo, el nuevo ministro, sicólogo de profesión, le toca desempeñar un papel de amateur habida cuenta de su ninguna experiencia profesional, gremial, empresarial y menos en conocimientos. No es el primero que llega en tal posición. La verdad sea dicha. Pero en turismo, una actividad tan especializada, nos ha tocado por enésima vez, mala suerte. No tenemos viceministro, directores generales verdaderamente calificados en turismo, hotelería y gastronomía, no se nos ha presentado un plan de lo que van a hacer en los próximos 100 días de gobierno. Ya van 45 días. Cero balas, cero puntos.

Es grave por la incertidumbre que genera en un sector cuasi destruido y en colapso total. Sin ayuda ni comprensión de lo que les pasa a sus miles de emprendedores y microempresarios que generan por sí solos un millón y medio de empleos sin decirles qué van a hacer en los próximos 5 años, cuáles sus grandes planes. Muy grave. Tal vez sea esta la estrategia. No decir nada.

Pero en la gestión tanto pública como privada operan tres variables inevitables: el plan, el líder y el equipo. Por tanto, no tenemos a ninguno de esos elementos sustantivos para caminar y retomar el camino de marzo del 2020. Desastre. Al mismo tiempo, es un aviso claro del lugar que ocupamos para este gobierno.

Ante este escenario, no queda de otra que autogobernarnos con la autoridad regional, municipal, provincial y distrital, formar mesas de trabajo del sector privado con sus gremios y asociaciones con las autoridades que existen, proponer lo primero de toda prioridad: Lograr que nos vacunemos todos. Las campañas de PROMPERU con el MINSA deben de tener este camino para impulsar con fuerza el turismo interno. Debemos de medir la velocidad de la vacuna cuya programación está prevista para el cercano diciembre y lanzar una tarea gigante de marketing de recuperación de navidad, año nuevo y el verano.

Si las nuevas autoridades apareciesen, mesas de trabajo quincenal o mensual para supervisar lo que hacen y lo que no hacen. No queda otra.

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