Una vez más, esta prestigiosa organización tan vinculada al Perú desde 1911 cuando diera a conocer al mundo una de las maravillas del mundo y tesoro de la humanidad como es Machu Picchu, ha reconocido y recomendado a sus millones de lectores como uno de sus grandes destinos a visitar el 2015.
Gran recomendación sin duda viniendo de quien viene y que presumiblemente ha de tener un impacto positivo en la demanda de compradores del producto cultural que da trabajo a miles de personas en el Perú desde el policía que los recibe en los puntos de entrada al país pasando luego por una larga cadena de servicios que conforma este producto bandera del turismo nacional.
Sin embargo, el crecimiento de turistas ha originado en la última década el colapso total de la visita que ha ido corrigiéndose tímidamente y de parche en parche con paliativos que no han logrado dar una solución final de parte de las autoridades nacionales, regionales, locales, operadores privados, instituciones comprometidas y el sin fin de organizaciones que quieren meter su cuchara sin llegar hasta ahora a dar punto final al problema de fondo: Ser un servicios simple, rápido, confortable y accesible con todas las opciones a escoger para el ingreso estancia y salida del monumento y retorno a la ciudad del Cusco.
Se agrega al problema que su conducción y autoridad está en manos del Ministerio de Cultura y tangencialmente por el Ministerio de Turismo desde sus organismos regionales. Es decir, se trata de un monstruo de mil cabezas pero cuyos resultados de la gestión hablan y dicen poco. Veamos lo que puede pasar en los próximos inmediatos años revisando primero las cifras de cómo camina la demanda y la velocidad de su crecimiento.
Nacionales
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Extranjeros
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Total
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2004
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115 054
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338 402
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453 456
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2005
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128 595
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411 709
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540 304
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2006
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132 838
|
419 417
|
552 255
|
2007
|
173 597
|
484 168
|
657 765
|
2008
|
163 260
|
553 029
|
716 289
|
2009
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160 822
|
524 685
|
685 507
|
2010
|
164 138
|
419 342
|
583 480
|
2011
|
223
246
|
608
897
|
832
143
|
2012
|
271
299
|
699
680
|
970
979
|
2013
|
294
936
|
742
768
|
1
037 704
|
Sin duda y a ojos vista y de buen cubero, en el 2023 tendremos casi 2 millones de visitantes y un nuevo plan de desarrollo del producto hace falta con urgencia. Tenemos entendido que viene en camino para medir en primera instancia la capacidad de carga o el número máximo a soportar en un día. Muchas voces dicen que 2500 diarios, otros 3 mil y otros más cerca de 4 mil. Los especialistas dirán con precisión lo que hay que hacer porque además tenemos los ojos de UNESCO encima.
Pero mi visión de las cosas es ubicar el problema también desde un perspectiva marketera y que tiene que ver en primer lugar con el diseño del producto para los próximos años. Me parece que hay que mirar de esta manera:
1. Nuevos ingresos debido a que hay uno solo para recibir a los turistas. Es impensable que esta puerta permanezca para siempre debido a la fuerza de la demanda. Los turnos de ingreso deben de incrementarse porque la visita se hace solo durante el día. Al menos un par de turnos de mañana y tarde mejoraría la visita habida cuenta que los turistas que ingresan en grupos, y los hay muchos, deben esperar que un guía termine su intervención e ingresar otro grupo en los distintos puntos de explicación.
2. Los accesos deben de ponerse a la altura del siglo XXI. Es vergonzoso que los turistas tengan que ir de todas maneras en tren, luego en unos microbuses que suben desde la estación de trenes hasta lo alto. Este sistema se ha mantenido durante años y aún todos ven el malestar y desacomodo de los turistas en tener que pasar por esta situación. El turista que recomienda National Geographic se verá sorprendido. La solución es que el viajero pueda escoger lo mejor para él, es decir, ir a pie, en burro, en micro o en teleférico. Que escoja él.
Pero resulta que los intereses particulares van primero que los intereses nacionales. Esa es la verdad. En pleno 2014, me cuesta creer que los turistas no puedan visitar Machu Picchu en teleférico. La conclusión es que no estamos a la altura del buen servicio en esta parte.
3. Y qué me dicen del acceso. Solo es posible hacerlo en tren. Error garrafal. A estas alturas debemos de tener una autopista de doble vía, asfaltada, señalizada e iluminada. Igual que Teotihuacán en México o las Pirámides de Egipto.
4. Y la presentación del distrito más conocido como Aguas Calientes. Es una lágrima. Pequeño pero sin planeamiento urbano, con cientos de artesanos que se posicionan al borde de la línea férrea para ellos mismos y los compradores. Aquí todo es precario, informal y desorden. Así convive un monumento con su entorno. Esto debe de acabar y dar un salto en previsión de la demanda que se viene.
Es materia de encarar este asunto dentro del marco de un proyecto nacional que seguramente cientos de operadores querrán ver con sus propios ojos, ojalá antes de la próxima década.
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