Una primera aclaración: No es lo mismo infraestructura básica que planta turística. La primera se refiere
a las obras esenciales para que la economía del país funcione con eficiencia y todos sus sectores se desempeñen
en forma competitiva. Es decir, carreteras, aeropuertos, puertos, agua potable,
alcantarillado, telefonía, internet, fibra óptica, terminales terrestres entre
otros. La planta turística es la
estructura de producción de servicios conformada por equipamientos e
instalaciones que hacen posible el desplazamiento, permanencia y goce de los
atractivos turísticos que existen en un destino.
Esta distinción de conceptos fundamentales nos va a permitir
establecer qué es lo que necesitamos primero para que el camino hacia la
competitividad quede claro y despejado. Por tanto, luego, ergo, en suma, en
consecuencia, no existe la frase infraestructura turística. Este debate ha
quedado claro hace muchos pero muchos años por los estándares internacionales
recomendados por la OEA.
Ahora bien, una muy pequeña referencia. La situación de la
infraestructura básica en el país es ampliamente deficitaria y acaso, el talón de
Aquiles de nuestro desarrollo válido para todos los sectores de la economía
nacional, y concretamente, de sus principales motores, entre ellos, el turismo.
Bastará decir que la Asociación para el Fomento de la Infraestructura Nacional,
AFIN, en su documento Agilizando la ruta
el crecimiento, 2016-2025, página 9, señala que la brecha de infraestructura
de mediano y largo plazo es de US$ 159 549 millones. Sin esta inversión, todo
lo que se diga sobre el futuro del turismo en el Perú es puro verso.
Hasta antes del fenómeno del Niño
Costero que todos conocemos, ya éramos y somos aún una vitrina de ventas con
tan solo apenas algunos productos definidos teniendo en cartera y en la línea
de producción otros tanto que no pueden salir al mercado por no haber caminos,
puertos, telefonía o internet. No obstante, el turismo en el Perú es capaz de
producir el 4% del PBI con 1 millón 200 mil empleos así como está y donde está.
Podría imaginarse el gobernante de turno, la clase política y los próximos
gobernantes de la década del 2020, 2030 y 2040 si tuviéramos un algo más
disponible en infraestructura básica.
Tanto es así que el ministro de
turismo actual, señor Ferreyros ha confesado a la prensa, RPP el 14.08.2017,
que No vamos a tener un futuro
sostenible en el turismo si no intervenimos en obras de infraestructura. Agregó
además: Lo primero que tenemos que hacer
es mover los grandes proyectos (como la construcción del aeropuerto de
Chinchero, en Cusco, y la ampliación del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez).
Ha anunciado también una nueva propuesta: …la construcción del terminal portuario especial para cruceros en el
Perú con miras a contribuir a potenciar el turismo receptivo.
Nadie podrá renegar de estos
proyectos que hacen falta desde décadas atrás. Dice que es mejor empezar por
los grandes proyectos. De acuerdo. Pero la suma de los pequeños proyectos suman
mucho más que los grandes. En el componente 3.1: Desarrollo de la conectividad
y de las comunicaciones del PENTUR 2016-2025 se señala: …acortar la brecha existente en
inversión en infraestructura terrestre, portuaria y aérea; que debe ir
acompañado de la mejora de la institucionalidad y gestión de gobierno, el buen
clima de negocios, la innovación, el acceso eficiente a servicios, entre otros,
como respuesta a la necesidad de contar con inversión que mejore la
infraestructura en terminales portuarios, aeropuertos, terminales terrestres y
terminales férreos, todos de gran importancia para la facilitación de viajes en
el país y el desarrollo del sector turismo.
No sabemos si la autoridad
gubernamental ha echado a caminar con toda intensidad esta propuesta de
gobierno o tal vez sigue el propio plan de gobierno de PPK. No lo sabemos. Lo
que sí es cierto que la falta de infraestructura no nos deja en buen pie
haciendo que productos como Caral no tiene carretera asfaltada de ingreso en
apenas 22 kilómetros o la de acceso a las lomas de Lachay a la que le hace
falta un ingreso vial mucho mejor que el terral de ahora. Y así….Qué decir de
Cachora puerta de ingreso a Choquequirao donde no hay acceso a internet sino en
el entorno de la plaza ¡! O tal vez la falta de playa de estacionamiento en
Huancaya ¡!!
En este escenario improductivo que
no genera ni inversiones ni puestos de trabajo, creo mi deber aconsejar al
gobierno de PPK, a su ministro y viceministro de turismo que podríamos empezar
por diseñar un Plan e infraestructura
básica para el turismo que hasta
donde soy testigo presencial de lo que pasa por aquí, nunca hemos tenido. Por
ejemplo, el plan podría estar dividido entre los proyectos urgentes que deben
de ir al último y los importantes y trascendentes que deben de ir primero.
Entre estos últimos anoto el de la carretera costanera de Tumbes y Piura que ha
de convertir a estos dos departamentos en el pequeño Miami del norte. Ya verán
como caen las inversiones. Favor preguntar a Decameron y a las dos grandes
marcas hoteleras que han mostrado interés.
Algo más. El viceministro Valencia
ha mostrado un enorme interés de vincular el MINCETUR con la academia en una
reunión sostenida entre CANATUR y las escuelas de turismo invitadas en ese
momento en la anfitriona Universidad Ricardo Palma. Acá está la solución. La
academia podría apoyar esta iniciativa de contar con esta arma fundamental de
la lucha contra la pobreza y hacer del turismo un instrumento sostenible.
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