Sin duda que el desarrollo de los XVIII Juegos Panamericanos Lima 2019 y su clausura, ha sido un éxito espectacular, nunca visto en la historia de dichas justas, aclamada y ponderada principalmente por la prensa internacional en materia de organización y la tremenda calidad mundial de sus instalaciones que nos pone en el club de los países capaces de acoger grandes cosas.
Aunque es prematuro señalar algunas cifras estadísticas sobre las medallas de oro ganadas en indicadores de turistas recibidos, ocupación hotelera, ventas de comidas y bebidas y viajes a los destinos tradicionales del turismo del Perú, quiero resaltar uno de los grandes atractivos del país del que promovemos solo una parte infinitesimal de ella. Me refiero a la monumental cultura viva que tenemos y que vale todas las 7 maravillas del mundo de un solo tiro.
Hasta Dios en lo más alto de los cielos se asombró con las danzas, música, coreografía, vestuario y alegría de los danzarines. Se dieron cuenta de las reacciones de las tribunas repletas de visitantes, familiares, atletas, dirigentes, autoridades? Notaron cómo mostramos al mundo no solamente la belleza de nuestra gastronomía sino cómo bailamos, cantamos y vestimos para las fiestas?
Tengo la seguridad que tanto ustedes como yo, observaron detenidamente la riqueza de los contenidos históricos y representaciones de las danzas festivas, rurales, de siembra, cosecha, pastoriles y sus significados. Allí se asienta la riqueza de la cultura vida sin contar con otros temas como los mitos, leyendas y tradiciones.
Viene a cuento estas reflexiones para el marketing para abrir nuevos segmentos y nichos nunca antes analizados con seriedad ante la reacción de una muestra de la demanda internacional. La que estaba en las tribunas. Ya no se necesitan estudios de mercado. Ya están. Pero ocurre que el agotado producto que venden nuestros operadores: Lima colonial, moderna y combinada y algo más por allí, no logramos salir de ese marasmo. Solo diré que la historia viva de un país se aprende viendo cómo bailan y cantan.
Si nos pusiéramos a pensar que en materia de bailes y danzas, la competencia que tiene menos riqueza y variedad que nosotros, está mucho más adelantada. Cito algunos ejemplos:
1. La Habana con su famosos espectáculo del Club Tropicana a 75 dólares la entrada más barata. Hay más shows centrados en la música y danzas de las que los cubanos son famosos.
2. Señor Tango en Buenos Aires. El costo es de unos 45 dólares la entrada. Es una de la catedrales de su folclor aunque debo de decir que en realidad en esa ciudad hay unos 10 teatros dedicados a la difusión de su música así como lo hacen ellos en grande.
3. Río de Janeiro con su teatro Ginga Tropiocal Show con su música y danza samba, bossa nova y lambada. El ticket cuesta 99 dólares.
Todo ello junto no supera en lo más mínimo con lo visto hay en la clausura de los Panamericanos. Francamente que fue monumental. Ahora bien, qué hace falta para llegar a parte de la competencia o superarla? Promover la inversiones privadas. Con números se convence. Con un buen perfil bastará. Recuerdo a un interesado en una consultoría perdida quien tenía un local en Miraflores faltando comprar la casa aledaña deshabitada. Era la oportunidad pero ahora se potencia más dicha iniciativa. Ojalá aparezcan nuevos emprendedores de este segmento echado al olvido.
Pueden observar claramente el vídeo de la clausura para verificar y comprobar lo que sostengo en estas breves líneas,
Foto El Comercio |
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