A propósito de la exigencia de la nueva ley universitaria vigente 32220 que exige que en el segundo semestre del 2020 deba de tenerse en todas las universidades del Perú un nuevo plan de estudios, es una oportunidad brillante para que la academia, el sector privado y el gobernante puedan sentarse por primera vez para reflexionar y definir cómo debe de desarrollarse la formación de los nuevos cuadros universitarios.
En primer lugar porque el futuro rumbo al 2030 se presenta más que interesante por el crecimiento indetenible de la demanda mundial del turismo cuyas cifras anuales bordean el 6% para el 2018 y sigue aumentando. Y en el caso del Perú, ya para nadie es un secreto que el turismo interno pasa por un boom aún cuando el escenario político y social tenga algunas turbulencias. Los peruanos buscan descansar, viajar y recuperar energías para producir más.
El nuevo esquema debe de partir por los profundos cambios que se han de producir en materia de tecnología, innovación y creatividad para generar nuevos negocios en las mentes de nuestros potenciales estudiantes. En esa dirección, los perfiles de egreso son la clave para distinguir a los nuevos cuadros que se han de necesitar.
Pero los perfiles con los que contamos, datan de mucho tiempo atrás. Estas propuestas institucionales han mantenido por lo general un patrón usualmente estático sin acompañar ni en el fondo ni la forma ni la velocidad en la ruta de los grandes cambios en economías de libre mercado donde las transformaciones de los conceptos, doctrinas, corrientes, pensamientos y acciones han sufrido rigurosas mutaciones que conducen hacia el crecimiento, la innovación y el desarrollo.
Ruth Flores Pariona, graduada en la Escuela de Turismo de la U. Ricardo Palma. Ganadora de la mejor tesis universitaria de turismo premiada por CANATUR 2017 |
Una prueba de esta situación es el rol que han desempeñado, y aún lo hacen con mayor fervor, los llamados tigres del Asia cuyo crecimiento vertiginoso se debe a la educación superior que imparten la misma que está vinculada a sus procesos de crecimiento y bienestar de sus habitantes. Es decir, las escuelas universitarias e institutos técnicos están orientados preferentemente a la economía de libre mercado y a la producción para las exportaciones.
Estas lecciones aprendidas han conducido a que el Perú tome su propia vía hacia la competitividad para mejorar la calidad de la educación superior técnica y universitaria habida cuenta que es el único camino que nos ha de conducir hacia la productividad y competitividad. Dentro de este marco, el caso de las escuelas universitarias e institutos técnicos dedicados al turismo, hotelería y gastronomía tienen un rol esencial que cumplir en el sentido de dar saltos cualitativos en sus planes de estudios y perfiles de egreso para identificar una nueva escuela con modelos pedagógicos distintos.
Sin embargo, las debilidades halladas en los perfiles de las instituciones concernidas muestran algunos denominadores comunes que son precisos corregir de inmediato. Entre estas tenemos la poca consonancia con los grandes objetivos nacionales y sectoriales, los contenidos no marchan en el mismo sentido de la realidad ni están expresados en competencias profesionales, siendo el asunto de fondo la indefinición de los límites entre las carreras universitaria y técnicas.
Finalmente, creo que el asunto de fondo para que el equilibrio sea medido con algún indicador elemental, debemos de apelar al trazado de perfiles de egreso colectivos o estándar válidos para todas las instituciones tal como se hace en otras latitudes con singular éxito quedando para cada casa de estudios a su propia inventiva, la aplicación de sus propios planes de estudios, elección de su profesorado, equipamiento y modernidad de acuerdo a la realidad de la región a la que pertenece.
Fuente: Ensayo Los perfiles de egreso de las escuelas universitarias e institutos superiores de turismo, hotelería y gastronomía del Perú. 2019. Carlos Villena Lescano. 2019.
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